20060824

Una ciudad imposible






Esto es Calcuta. En sus calles se puede ver la vida y la muerte en un segundo, lo fastuoso y lo miserable, los ricos y los pobres, todo en una misma imagen. Es avasallante la cantidad de gente que pasa sus vidas en las calles. En la calle se bañan, se afeitan, duermen, comen, juegan, trabajan. Es la unica ciudad del mundo en la que todavia perduran los hombres-caballos o rickshaw-pullers, un trabajo miserable que es un resumen de lo que es esta ciudad: gente pudiente siendo llevada en carros vetustos por hombres descalzos y esqueleticos. Impresionante. Uno se queda mirando a los chicos que corren desnudos por en medio de la avenida, al hombre que hace equilibrio en una caña que hace de viga para arreglar una ventana en un septimo piso, a los buses tan llenos de gente que parece que van a salir escupidos por la ventana, a los vendedores de lo-que-sea, a los afeitadores callejeros, a los coloridos templos dedicados a Shiva, a los edificios destrozados por el paso del tiempo que parecen venirse abajo... y nunca acaba uno de sorprenderse. Calcuta es la India en su maxima expresion. Pero a pesar de todas estas cosas que cuento, a pesar de que parece que estuviera describiendo el infierno de Dante, la gente es amable, sonrie, es respetuosa y no avasalla queriendo vender algo como en otras ciudades de la India. Aunque parezca inverosimil, Calcuta es una ciudad increiblemente segura. Un hombre puede estar muriendose de hambre desnudo tirado en el suelo (algo que hemos visto), pero seguramente ni se le cruzaria por la cabeza robarle al alguien. Es La ciudad de la alegria de Dominique Lapierre, pero tambien la ciudad de la noche espantosa como dijera Kipling.